La cirugía de reducción de obesidad SADI-S implica una manga gástrica clásica, sólo un poco más ancha, que da como resultado un estómago con un 70-75% menos de volumen. Después de cortar el duodeno, se forma una nueva conexión entre el duodeno y la parte media del intestino delgado en la parte superior del duodeno. La longitud total del canal del intestino delgado después de esta operación es de entre 2,5 y 3 m, es decir, se acorta en un tercio o la mitad, y el paso de alimentos se acorta.
El efecto es doble: la persona come menos y absorbe menos nutrientes. La ventaja de esta operación sobre un bypass gástrico tradicional es que sólo se forma una conexión, entre el duodeno y el íleon, en lugar de dos. Esto reduce ligeramente el riesgo de insuficiencia articular, cicatrices y sangrado de la articulación. Otra ventaja es que se observa una pérdida de peso ligeramente mayor.
La cirugía SADI-S está recomendada y se realiza con mayor frecuencia en personas con mucho sobrepeso y diabetes tipo 2, la cual se corrige muy bien, con los niveles de azúcar en sangre regulados, sin necesidad de medicación y con una mejor calidad de vida. También mejora la condición de pacientes obesos con síndrome de ovario poliquístico e hipercolesterolemia.
Sin embargo, cabe señalar que las deficiencias de vitaminas, especialmente las vitaminas liposolubles A, D, E y K, son más frecuentes después de esta operación, ya que una gran parte del intestino delgado ya no participa en la digestión. La deficiencia de proteínas también puede ocurrir ocasionalmente si una persona no consume suficiente cantidad. Además, a medida que se reduce la longitud del intestino, los pacientes tienen un poco más.